Discursos III by Elio Aristides

Discursos III by Elio Aristides

autor:Elio Aristides [Aristides, Elio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 0180-01-01T00:00:00+00:00


XII. SEGUNDO DISCURSO LÉUCTRICO. EL PRIMERO EN FAVOR DE LOS TEBANOS

Proemio

Creo, atenienses, que no es la primera 1vez que deliberáis sobre la alianza con los tebanos ni depende de lo que digamos, sino que si la memoria no me falla, lo pensasteis mucho tiempo antes de que tuviera lugar esta embajada[1]. Pero puesto que los lacedemonios también cuentan con personas que hablan elocuentemente en su favor, dejadme que también yo exprese aquello de lo que yo tengo conciencia con relación a los tebanos, usando de una diligencia menor en su defensa que la de los otros en torno a los que escogieron, en la medida en que mi opción es en favor vuestro.

En primer lugar quiero recordaros, cuando se anunció 2que Fébidas había ocupado la Cadmea[2] —para mí Fébidas son los lacedemonios[3]—, qué actitud, atenienses, adoptasteis y la decisión que tomasteis. ¿Acaso tomasteis la decisión que ahora os piden algunos, uniros a los lacedemonios y participar de tamaña desmesura y abuso o, por el contrario, juzgasteis que eran los hombres más perversos y os regocijasteis con los tebanos y con ellos sufristeis y rezasteis para que se presentara la ocasión de tomar venganza? Pues bien, ahora se ha presentado esta ocasión, digna, atenienses, de vuestra justa decisión y digna también de la diligencia de los tebanos, la que tienen para liberar a su patria. 3Si sois tan raros como para rezar por ello, pero una vez a vuestro alcance dejáis pasar la ocasión y la abandonáis, no actuáis como atenienses, sino como no sabría decir quién. Pues creo que nadie está tan lleno de estupidez y sinsentido que, cuando se le presenta lo que ha pedido, hace lo contrario. Pero, si ni siquiera un loco hubiera actuado así y se hubiera entristecido, porque las cosas resultaran según su proyecto, sino que se lo hubiera agradecido a la fortuna y a la oportunidad, ¿qué queda sino uniros a los que han tenido éxito en lo que queríais y os solicitan estas mismas cosas y os proponen la honra por lo que han hecho? Pues al considerar ellos, si no les ayudáis, que no tendrán ningún beneficio de lo que han conseguido, por lo mismo que piden para el futuro, por ello os otorgan la gloria de la victoria que han obtenido.

La petición de Tebas

4Yo quisiera que vosotros hubierais participado en la propia batalla de Leuctra[4]. Pues en ninguna acción más hermosa hubierais podido tomar parte ni de la que a más justo título os hubierais podido vanagloriar. Pero también creo que se ha presentado en el momento preciso. Pues aprecio que los peligros son menores, pero que vuestra reputación no es inferior. Ciertamente no es admirable que los tebanos pidan ayuda desde el principio, pero cuando han tenido fortuna —no hubieran podido esperar más—, no han renunciado a recurrir a vosotros. Esto ha sido algo hermoso y grande para mi gusto.

No dudaré en decir que me parece mejor ayudarlos después 5de su petición que sin haber sido llamados. Pues en este



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